Empezaba el encierro casero al que hemos estado sometidos casi 100 días con el tercer aniversario de la puesta en marcha de la sección Mujeres STEAM, creada con el objetivo de dar visibilidad a aquellas que han cursado estudios relacionados con las Ciencias, la Tecnología, la Ingeniería, la Arquitectura y, cómo no, las Matemáticas. Lo hicimos con el convencimiento de que esa visibilidad ayuda a crear y dar valor a unos estudios que, en demasiados casos, el porcentaje de mujeres sigue siendo muy inferior al del hombre, una brecha que hay que cerrar cuanto antes por diferentes motivos.
El principal es que la capacidad de la mujer es igual que la del hombre y que, por tanto, puede asumir, aquellos estudios que habitualmente han sido considerados difíciles. Lo son, pero igual para ambos sexos. Ese gap tiene el efecto demoledor en las aspiraciones profesionales de la mujer. La digitalización de las empresas es un proceso imparable y estas necesitarán –necesitan ya– de profesionales que se muevan en el campo digital y eso no es solo saber manejar un ordenador y conocer algunos programas. Hay que conocerlos y comprenderlos.
Por eso valoramos especialmente todos aquellos actos en los que se habla del tema y uno de ellos fue el organizado recientemente por STEM TALENT GIRL, un programa internacional que en España desarrolla especialmente la FUNDACIÓN ASTI, también creada en 2017, y que muestra especial interés por el tema de la presencia de la mujer en los ámbitos educativos y profesionales de las materias STEM.
Como en Innovaspain, el Stem Talent Girl junta a mujeres que no necesariamente han estudiado carreras STEAM. Hacen bien, entre otras cosas, porque la digitalización nos afecta a todos y, sobre todo, a los que no comprenden lo que es ese proceso; por eso, hay que avanzar en la participación de las mujeres en estas materias y en los niveles decisorios de las empresas. Que el 50 % del talento se pierda es un grave problema al que hay que buscar solución.
En la reunión a la que me he referido estaba una de las mujeres que ha sido un ejemplo desde hace años, como es el caso de Emma Fernández, alta directiva de una empresa de alta tecnología durante años y ahora vicepresidenta de la Fundación Asti. Estaba ella y otras que no han tenido esa formación universitaria, pero si también una éxito profesional importante, como es el caso de Mireia García, directora corporativa de Recursos Humanos de Santa Lucía, una de las grandes empresas del sector seguros. Muy oportuna su presencia porque dibujó muy bien los problemas existentes, tanto educativos como profesionales, llamando la atención sobre uno de ellos: la sociedad digital no solo afecta a las empresas que hacen tecnología, afectan a todos los sectores y el de seguros también necesita perfiles STEAM.
No es la primera empresa de servicios que llama la atención sobre este tema. Los estudiantes STEAM dirigen sus currículos a empresas con las que asocian sus estudios pero, y eso forma parte de la transformación de la educación a todos los niveles, no a otras alejadas como un banco, un empresa de seguros o una empresa que se dedica a la agricultura o la ganadería. El mundo ha cambiado y todos los sectores necesitan hacer una transformación en la que los profesionales STEAM tienen un papel fundamental.
Conviene recordarlo porque no debe caer en el olvido, máxime cuando el nuevo curso está a la vuelta de la esquina y ahora los estudiantes están pensando hacia dónde y cómo dirigirse. Más allá del tipo de formación universitaria que elijan, que sepan que su futuro profesional estará muy ligado a sus aptitudes relacionadas con la digitalización y da igual que estudien una ingeniería o una carrera de letras. Y las mujeres no tienen que olvidarlo porque son mayoría en el total de alumnos en la universidad.
FUENTE INFORMACIÓN. AMECOPRESS